Es con paciencia, dulzura y silencio que se llega al grado de espiritualidad en el que con el bien se vence al mal.
La impaciencia, rispidez, el hablar sin moderación, son factores de las iras y animosidades. Quien tiene ira desencadena la tempestad en su propio corazón.
El colérico es comparable al loco. No se ablandan corazones duros con recíproca dureza. Los humildes son calmos y mansos; los orgullosos- agitados, impacientes, en el afán de someter hombres y cosas a sus pies.
¿Tienes un gran ideal a realizar?
Acostumbraos, desde el comienzo de vuestra obra, a contar con las dificultades que ciertamente se atravesaran en vuestra frente. La paciencia y la perseverancia con la que actuéis para remover las MONTAÑAS os llevaran al buen éxito en vuestras empresas, porque ambas son fruto del espíritu esclarecido y devotamente caritativo.
Quien aprende a vencer en la vida, apresurara la evolución de su espíritu y ayudará a los otros igualmente a acelerar la suya.
Buscad siempre tener el contentamiento de espíritu, propio de las almas fuertes. Quien ama a su Dios y aspira hacer siempre su santísima voluntad, tiene alegría en el alma. La verdadera sabiduría es franca, jovial, amiga, porque es inspirada del cielo.
La sabiduría terrena es vanidosa y mala; suscita contiendas, vanidad, orgullo e hipocresía. Estos “SABIOS” son inspirados por los espíritus insensatos, y toda su obra es llena de parcialidad y contradicciones… Sus obras son de carne apuestas al Espíritu Divino. E ahí porque ellos JUZGAN COMO SI JUECES FUESEN, son impuros, lascivos, dados a la intriga y disensión.
¡NO VENCERÁN! Para alcanzar la victoria, les falta el sentimiento de humildad. ¡El amor del prójimo, base, fundamento, fuerza que es el secreto de la victoria! El dulce Nazareno era manso y humilde como el cordero, cándido como las palomas. Devotos a Él, estaréis en el mundo y no os contaminaréis ni seréis vencidos en sus telas engañadoras.
Habituaros a hacer siempre el bien, aunque haya muchas represalias del mal. Y no entristezcáis vuestro espíritu.
¿Crees en Dios, crees en Jesucristo?
¡Servirlos en humildad de corazón y venceréis!
ADELAIDE AUGUSTA CÂMARA (AURA CELESTE)
Orvalho do céu