¡ALICANTE!
Que es de la patria el amor
que se recuerda en la vida,
como la marchita flor,
en primavera perdida.
Y en el alma se desliza
en nuestra adversa fortuna,
el canto de la nodriza
que nos mecía en la cuna.
UN POETA.

Tiene razón el poeta, el recuerdo de la patria se parece a la esperanza que nunca abandona al hombre; más yo creo que no es la patria únicamente el lugar donde se nace, y que patria también puede llamarse, el punto, el paraje donde el alma encuentra un mundo de afecciones; y esto me sucede a mí con Alicante. Cuando comencé a leer las obras espiritistas y me habían entusiasmado las sesiones de la Espiritista Española, me trasladé a Alicante temporalmente y allí recibí las primeras pruebas de cariño de mi nueva y dilatada familia. Recuerdo que los espiritistas de Jijona acudieron en gran número para conocerme y nunca olvidaré sus delicadas atenciones.

Para el que ha vivido muchos años pensando en la muerte, como si esta fuera el término de todos los dolores, diciendo con amargura, “No hay en el mundo más verdad que es esta: no vale nuestra vida lo que cuesta.”

Cuando se ha envidiado el valor, o la cobardía de los suicidas, y se ha dicho con íntima convicción -donde no hay sensación no hay agonía- al verse de improviso rodeado de seres amigos espiando nuestros menores movimientos para anticiparse y adivinar nuestros deseos, se siente una impresión tan dulce, tan consoladora, tan llena de un encanto indefinible que jamás, jamás se olvida. Ya pueden pasar los años y traer estos en sus muchos días sufrimientos crueles y rápidas e instantáneas alegrías, que las primeras caricias de nuestra nueva familia no pierden nunca el terreno ganado en el campo de nuestro recuerdos; y esto me sucede a mí con Alicante, su órgano en la prensa espiritistas La Revelación fue el primer periódico que admitió mis humildes escritos, y gracias a los sabios consejos del gran espiritista Manuel Ausó y a la constante propaganda del consecuente y malogrado espiritista Antonio del Espino, mi alma adquirió el íntimo y racional convencimiento que el Espiritismo es la verdad; que es la historia del progreso humano, que el Espiritismo es hermoso trabajado, no creído, porque los fanáticos de todas las escuelas, son los asesinos del progreso humano.

¡Ah!… sí; por Ausó y Espino me convencí que las llaves del cielo están en la conciencia de cada uno, que al hombre hay que apreciarle por sus hechos, no por sus pergaminos, que el bien es un campo eterno, que eternamente hay que trabajar en el, que desesperarse es estacionarse. ¿Oh! Sí; ellos me dijeron que se rompe la roca de la ignorancia con el esfuerzo titánico de la ciencia, que ser bueno sin ser sabio, sería ser flor sin aroma. Ellos me demostraron que las oraciones rezadas son palabras muertas y las preguntas científicas son palabras vivas, que el Espiritismo es la voz de la eternidad, porque es el manantial eterno de la vida y que vivir no es más que una liquidación de cuentas perpetuas, y que un Redentor es un espíritu que liquida sus cuentas, llegando a ser un alma que no debe, a un banquero del Universo.

¿Cómo olvidar lo que ellos me decían?.. ¡Imposible! Si ello me aseguraban, que cada uno, es el piloto de su propia nave, que donde no hay remordimientos no hay tinieblas, y que un alma en paz consigo misma, es un sol de la humanidad, que la mejor venganza es ser útil al enemigo, que no hay quien pueda llamarse ni el primer ignorante ni el primer sabio….

¡Ah!… ¡Cuánto bueno me dijeron Ausó y Espino! Pudiera escribir un libro admirable recordando sus enseñanzas y sus consejos; he aquí la causa por qué en el mundo de mis recuerdos hay un nombre que jamás olvido. ¡¡¡Alicante!!! Por eso al darme cuenta un espiritista alicantino, que el 10 de Junio último se había celebrado una tarde literaria y musical en un Centro Espiritista de Alicante, para conmemorar la fecha de su reciente fundación, me apresuré a pedir los originales de cuanto en dicha fiesta se leyó, escrito por mis hermanas espiritistas las alicantinas, y con el mayor placer insertaré en mi Luz las producciones de tan buenas obreras del progreso, deseando vivamente me envíen algunos trabajos para “LA LUZ”.

La tarde literaria y musical, fue según me dicen una verdadera solemnidad, se leyó una poesía escrita por un ciego y leída por el mismo, pero lo mejor será que copie algunos fragmentos de una carta que me envió, un testigo ocular, que también tomó parte en dicho acto, insertando a continuación un extracto del discurso que pronunció Teresa Bosch de Penalva, la poesía que leyó un ciego del cuerpo, (más no del alma, porque en su mente hay mundos de luz.) Un discurso de Remedios González, y unas seguidillas que como débil muestra de mi cariño envié a las espiritistas alicantinas. A algunas de ellas las conocí hace muchos años, otras eran entonces hermosas niñas, que al verlas bebiendo el néctar de la vida en el seno de su madre las besaba diciendo: ¡Benditas seáis, espiritistas del porvenir!..

Tengo un placer inmenso en dedicar un número de mi LUZ a una fiesta celebrada en Alicante (Mi Patria Espiritistas) porque si bien permanecí en dicha ciudad poco tiempo, allí recibí las primeras pruebas de afecto de mi gran familia, allí el árbol de la fraternidad me brindó su sombra, me ofreció sus perfumadas flores y me presentó sus sazonados y sabrosos frutos. Allí dejé amigas y hermanos en creencias, que a pesar de haber transcurrido más de 20 años, aún hoy me dan pruebas innegables de su invariable amistad; por eso en mis horas de recogimiento y de meditación veo en mi mente unas cuantas letras luminosas, que enlazadas dicen: ¡¡¡Alicante!!!. Más dejaré dormir mis recuerdos de ayer y comenzaré a extractar la carta del espiritista alicantino.

ALICANTE 16 DE JUNIO 1894

“Estimada hermana Amalia: Me dices en la tuya que deseas adquirir algunos datos referente a la tarde literaria del 10 del actual.

“Todo, absolutamente todo, será muy poco lo que le puedo decir de la solemnidad de tan grato recuerdo. El día 9 quedó el espaciosos salón completamente adornado; todas las paredes llenas de colgaduras con trofeos colocados en algunos puntos con máximas del nunca olvidado Víctor Hugo con orlamentos de flores y grupos de pequeñas banderolas, el fronterizo de la presidencia, todo tapizado, en los dos ángulos un grupo de banderas de diferentes colores, debajo de éstas dos pilastrones que sostiene dos preciosas estatuas de tamaño medio figurando un símbolo de la luz: en el centro de la misma pared se destacan tres cuadros al óleo, uno es el retrato de Kardec, otro el de Quijano mártir de la Caridad; vino de Gobernador en el año 1854 cuando nos visitó la cólera destructor en esta provincia, este hermano dejó su existencia visitando y socorriendo a los enfermos, en medio de los dos cuadros referidos, está el tercero con una admirable alegoría de un ángel guardián abrazado de una esbelta y gallarda joven que ha dejado la envoltura terrenal y van los dos cruzando los deleitables espacios, al pie de los magníficos lienzos se levanta sobre el piso una plataforma ricamente alfombrada, esta sirve para la presidencia en medio de la misma, una mesa rectangular cubierta con un elegante tapete; en los dos ángulos hay colocados sobre la misma dos candelabros dorados con cinco mecheros cada uno, en la parte anterior y a los lados de la mesa, pilastras que sostienen dos hermosos ramos parecidos a dos diminutos pinos de forma cónica esmaltados de mil colores, regalo de la simpática tesorera de la misma junta, señora de muchísimas virtudes con un corazón lleno de amor a sus semejantes; diciéndote hermana Amalia que reparte todos los meses 150 pesetas más que menos en los necesitados, muchas veces le tengo dicho que viva entre nosotros lo menos diez a doce años más, es un oasis para los pobres y una hermosa sombra para nosotros, pero sigamos en los detalles de la fiesta: en los dos ángulos anteriores de la plataforma, hay otras dos columnas sosteniendo dos macetones de verdes Palmerinas y por último, la bandera blanca símbolo de paz, colocada en el balcón de la misma fachada; no adornamos los balcones con colgaduras, por la razón que en la misma tarde, y a la misma hora pasaba la procesión romana por el encrucijadero de la misma calle.”

“A las cuatro y media, estaba el local completamente lleno, quedé impresionado y conmovido al fijarme en el respetable auditorio, lo componía, diez o doce niñas, ciento sesenta señoras, y unos setenta hombres; quedé mas alegre porque mi discurso lo dedicaba a las Sacerdotisas del Porvenir.”

“Una pieza musical dio principio a la esplendida fiesta, siete respetables y simpáticas señoras con su corazón lleno de caridad, ocupaban la presidencia.

Teresa Bosch, presidenta del grupo, abrió la sesión pronunciando un elocuente y correcto discurso alusivo al acto; una tronadora salva de aplausos coronó sus buenos deseos.”

“Nos llamó mucho la atención un ciego, hermano en creencias, llamado Just, maestro de una escuela de ciegos, dio lectura, con el tacto de los dedos, a un trabajito propiamente suyo, escrito con puntos, fue admirable y conmovedor”.
Ya lo creo que lo sería; ¡Bendita sea la ciencia que en medio de la sombra hace surgir la luz!

RESUMEN DEL DISCURSO PRONUCIADO POR LA SRA. DOÑA TERESA BOSCH, PRESIDENTA DE LA SOCIEDAD DE SEÑORAS PARA SOCORRER A LOS NECESITADOS.

Principió, saludando con las más sentidas frases a los queridos oyentes.

Después se felicitó al ver, que, como el pasado año, se encontraba (aunque inmerecidamente), ocupando un lugar digno de otra que por sus dotes de ilustración, de que carecía, y por sus merecimientos, que eran casi nulos, fuese más acreedora a tan señalada distinción.

Por impedírselo la gran emoción de que en aquellos instantes se sentía poseída no pudo, cual era su deseo, extenderse en consideraciones sobre el principalísimo objeto de la reunión, y sobre los móviles de que se sentían poseídas: no obstante, con sin igual elocuencia, hizo a grandes rasgos la apología de la significación que todas, absolutamente todas las solemnidades espiritistas revisten.

Las manifestaciones públicas de nuestros correligionarios, -dijo- tienen por único objetivo el presentar a la faz del mundo entero y sin temor a la luz, las sublimes verdades que en sí extraña la Filosófica, Científica y Consoladora doctrina Espírita: y siendo uno de los mejores medios para lograr que la propaganda de sus redentores ideales sea lo más fructíferos posible, el llevar a la más severa practica sus grandiosas enseñanzas, insiguiendo las huellas de quienes cuya existencia toda ha sido un sacrificio constante y cuya abnegación por la Humanidad entera les ha constituido en Heraldos del Amor y la Virtud; habían fundado una Asociación para perseguir tan altos fines, inspirados en su ejemplo: y si bien esta resulta modestísima en su forma por no poder ensanchar todo lo que deseamos el radio de su acción, no lo es tanto en sus aspiraciones por cuanto el ideal Espírita nos alienta, y hace que el corazón, se sienta inflamado en el amor más puro hacia todos nuestros hermanos, que, en cumplimiento de la ley de perfeccionamiento, no viven, sino vegetan, en este mundo de nuestro espíritu está sufriendo los continuados embates del formidable monstruo de siete cabezas, llamado: ignorancia.

Formuló un sentido ruego, diciendo: que dispensaran toda su indulgencia a los que sin más méritos que su voluntad incontrastable, y sin otro fin que contribuir con su pequeño grano de arena a la construcción del magnífico y soberbio edificio del Progreso; habían sido lo suficientemente osados para tomar parte en un acto que tanta transcendencia reviste.

Dio fin a su brillante oración con las siguientes palabras.

“Permitidme, queridos hermanos, que, al compulsar los levantados sentimientos que sin duda alguna a nuestro ser conmueve en estos momentos, me atreva yo, la última de entre vosotros, a suplicaros que, debiendo estar plenamente convencidos de que los extremos en donde se funden nuestras aspiraciones todas estas están condensadas en el Amor y la Ciencia, y ya que la gran mayoría, en este periodo de nuestra infinita existencia, no somos poseedores de numenes cual los de los seres reputados por verdaderos sabios; principiemos a abrir el camino para alcanzar la felicidad que todos anhelamos, con el surco de nuestros sentimientos, de nuestro amor -que en estado latente todos poseemos y a modo de semilla, sembrémoslo con la caridad, y ¡No hay duda! Al fructificar su fecundante polen iremos entre bellísimas flores y con la bendición de los seres, al seno de amantes brazos a gozar de las tan ansiosas venturas en la paz del sublime Arquitecto del Universo.

CANTO DE AMOR A DIOS

Eterno ser Omnipotente y pio;
Supremo Autor de cuanto existe creado,
a tu morada celestial envío
como el incienso del altar sagrado
esta pobre expresión, que el pecho mío.
Conságrate anhelante ¡Oh Padre Amado!
Y fuera distinción inmerecida
que encontrara en mi Dios buena acogida.
Eterna gratitud de los mortales,
por tu inmensa bondad, Señor, mereces:
Tu escuchas nuestras preces,
y a todos nuestros males
remedio aplicas eficaz, seguro,
si de algún corazón sencillo y puro,
de ambición desprovisto, y de malicia,
un suspiro percibe tu justicia.
Que si grande es Señor tu providencia.
Tu infinita piedad y tu ternura
para la triste, la infeliz criatura,
cuya amarga existencia
por los rigores de su cruel destino
soporta con paciencia,
no es menos infinita tu clemencia,
tu gran misericordia;
sin limites tu hermoso amor divino
incitando a la paz, a la concordia
de esta mundo a los tristes moradores,
Cristianos o judíos,
esclavos o señores.
Más de todos los bienes otorgados
a la afligida humanidad terrena,
ninguno rinde frutos más preciados
que sea fuente de amor que el orbe llena,
Amor tan puro como el mismo Cielo,
que infundiste en nuestra alma, generoso,
para eterno consuelo
del pobre ser que lucha en este suelo
sin tregua de reposo.
Por ti, Señor, la Caridad bendita,
con cielo religioso,
el hambre calma del que se halla hambriento;
la sed apaga del que está sediento;
Viste al desnudo con afán piadoso,
y del bien mensajero, a toda hora
enjuga el llanto del que sufre y llora.
¿Qué fuera del mortal, Dios soberano
sin ese amor hermoso,
Esencia de tu Ser, cual tu divino?
¿Qué fuera del acusado peregrino;
del naufrago, del ciego, del leproso;
de aquella que perdió a su tierno esposo;
del anciano impotente;
del huérfano inocente;
de todo aquel que el infortunio oprime,
sin esa Caridad que le redime?
¡Gracias, Supremo bien! ¡Gracias, Dios Santo!
¿Cómo pagarte beneficio tanto?
El más indigno soy, Padre Amoroso;
más si el llanto redime y purifica,
ved brotar de mis ojos a raudales
lágrimas de dolor, y fervoroso,
como el hijo perdido
que vuelve al patrio hogar arrepentido,
elevo a las regiones celestiales
este canto de amor, y a tu clemencia
suplícole me otorgue su indulgencia,
ansiando con afán que llegue el día
en que pueda gozarte el alma mía.

Francisco Just.

Alicante 10 de Junio 1894

Señoras y Señores:

Siento en el alma que mi pobre inteligencia y humilde palabra, no puedan demostrar la gran emoción que siente mi espíritu al contemplar una vez más los sentimientos de caridad y amor de que estáis animados, base sumamente necesaria para el progreso de nuestros atribulados espíritus.

Nada debe arredrarnos ante la manera digna de buscar a Dios ¿Y como se consigue? Practicando la caridad con verdadero amor y sin interés de obtener el premio material.

Si hermanos míos, no dejemos de ejercitar la caridad, procurando apartar de nosotros el orgullo, la murmuración, la envidia y los celos que son obstáculos que nos interponen en nuestro camino para apartarnos del progreso y del amor del Padre Universal.

Hermanos y hermanas queridos: no desmayemos en nuestra tan laudable empresa, y ya que nos inspiraron a formar esta benéfica asociación, seamos consecuentes y corramos cual ligeras palomas a consolar al pobre que sufre sin darse cuenta del por qué de sus sufrimientos. Vayamos sí, a derramar un poco de luz de la que recibimos de los seres de ultra tumba.

Tengamos amor y benevolencia, especialmente la mujer hoy llamada para formar un numeroso ejercito de verdadera hermandad, para estudiar y analizar la gran obra de Dios.

Hermanas mías, llegó la hora de que la mujer despertase del letargo en que la tenía dormida el fanatismo de la iglesia pequeña: llegó la hora sí, de que la inteligencia de la pobre y débil mujer, se haya desarrollado y cual incansable y estudioso ingeniero, vaya descubriendo y perforando las montañas, para que el rayo del sol del Espiritismo, penetre en todas partes y haga saber que solo hay un Dios sabio, grande, misericordioso y justo.

No es la mujer débil, desde el momento que se la ve cariñosa y llena de caridad, correr entre una nube de balas a sostener el vacilante y débil cuerpo del pobre soldado herido en la batalla; ella hace las veces de madre de aquel infeliz que consuela y cuida sus heridas con exquisita ternura y no la vemos temblar delante de cuadro tan aterrador cual es el de la guerra.

¿Por qué pues nos hemos de arredrar y no hemos de cumplir con verdadero valor y resignación la misión nuestra, fruto de las lágrimas que ayer sembramos?

Animo pues hermanas y hermanos míos; amemos a Dios con espíritu y verdad y trabajemos con ahínco y fe en pos de la conciencia, el amor y la caridad.

Procuremos imitar a nuestra distinguida hermana Amalia Domingo Soler, que con su trabajo constante recibe brillantes comunicaciones, y sus escritos que hoy llegan hasta las manos del pobre presidiario, consiguiendo que éste se estudie y reconozca a sí mismo y que su prisión la considere como regeneradora de sus errores de ayer: amemos a los niños como ella los ama y pedimos a Dios con fe para que nuestra querida hermana Amalia, tenga fuerzas para luchar contra los azares que ofrezca la vida, y que siga obteniendo tan brillantes comunicaciones, que sean para nosotros torrentes de luz divina.

Dispensad hermanas y hermanos míos si algunas de mis frases os han podido molestar, pues solo son hijas del afán que tengo de que nuestro espíritu vayan buscando a Dios, haciendo una verdadera propaganda y enseñando con humildad las obras de misericordia, el verdadero Evangelio de nuestro hermano y Maestro Jesús.

A la hermana Asunción Lladó, iniciadora de tan bello pensamiento cual es la caridad, solo puedo decirle que sea consecuente y no retroceda en su buena obra.

Dando mis plácemes a nuestra dignísima presidenta y hermanos todos, por la actividad y buen uso que tienen para que la caridad en forma de cariñosa y sencilla mujer, acuda a consolar al ser que sufre.

Yo como ya os he dicho soy muy pobre de inteligencia, pero tengo en mi corazón un tesoro de gratitud y en mis tristes días, me asocio a vosotros para practicar y bendecir la caridad. -he dicho.

Remedios González

A MIS HERMANAS EN CREENCIAS
LAS ESPIRITISTAS ALICANTINAS

!No os conozco!… ¿Qué importa? Libros espiritistas
Para quereros, habéis leído,
y admirar como es justo y vuestro entendimiento
vuestro desvelos. ha comprendido:
que hay otra vida,
Lo merecéis, que el tiempo nadie puede
¿Y cómo no admiraros poner medida.
por lo que hacéis?

De la verdad suprema Que el espíritu lucha
la propaganda, por su progreso,
la hacéis con ardimiento, que no hay limbos un glorias
con cuerpo y alma. ni hondos avernos.
Y con gran tino, no hay mas que mundos,
habéis formado el grupo que son para los hombres
alicantino. Centros de estudio.

Mujeres decididas, ¡Muy bien hermanas mías!
con entusiasmo yo os felicito,
que sacáis a la crédulas porque estudiáis la historia
de su marasmos: del infinito.
Bien merecéis, porque sois buenas,
que se os quiera y admire y queréis de los pobres
por lo que hacéis. calmar sus penas.

¡Tanta mujer inútil Seguir la hermosa senda
fanatizada, del adelanto,
creyendo buenamente enjugad compasivas
que condenada el triste llanto
será algún día: de los que lloran
sino cree en los misterios y solos y angustiados
que hay en María! clemencia imploran.

Con su parto anunciado Sed de virtud modelo,
desde la altura, que los que os siguen,
virgen después y antes… vuestro amor y dulzura
¡Sin mancha!… ¡Pura! por siempre admiran.
¡Aún siendo madre!… ¡Hermanas mías!
sin saber de aquel niño atraed con vuestros hechos
quién era el padre!… las simpatías.

Tanta fábula mística De mi vos cariñosa
¿Qué enseña? Nada; guardad el eco;
la inteligencia sombras en vuestros corazones
tan solo halla. Hacedme un hueco.
Y entre tinieblas Y unidas todas,
la humanidad aturdida digamos al Pasado
camina a ciegas. “¡Duerme en la sombra!”

Por eso hermanas mías “Duerman tus tradiciones
os felicito; y tus sofismas;
por que leéis en la historia ¡Paso a la nueva escuela
del infinito. espiritista!
Porque vosotras, ¡Paso al progreso!
no aceptáis religiones calor, aliento y vida
llenas de sombra. del Universo!”

AMALIA DOMINGO SOLER
LA LUZ DEL PORVENIR
GRACIA 26 DE JULIO 1894