Hay veces que personas o cosas no son suficientemente valoradas; pero hay algo peor que esto y es no valorarse a sí mismo desde el reconocimiento, no desde la soberbia o la arrogancia. Lo que hacemos, aunque no lo reconozcamos, tiene un enorme impacto. Debemos decirnos cada mañana: “Qué importante es lo que hago”.
El estado de ánimo afecta mucho en nuestra vida. Afecta a lo que ves, a la perfección, a las relaciones, a la salud, a la inteligencia, a la creatividad, a la imaginación, a la memoria, afecta a todo. Influye en nuestro entorno más cercano y, como todos estamos conectados, afecta también de alguna manera, al resto de la humanidad.
¡Qué ocurre en el interior de una persona cuando vive asustada, angustiada, resentida, desesperanzada y se siente incapaz de alcanzar aquello que le ilusiona!
Ahora se puede saber qué está pasando en el cerebro de esa persona con las nuevas tecnologías. Utilizando el túnel de resonancia funcional magnética, en colaboración con la psicología.
Cuando nos dejamos envolver por emociones disfuncionales, por emociones destructivas, se activan unos núcleos, que se llaman las amígdalas, que están en el área frontal del cerebro y esta zona deja de funcionar al 100%. Entonces es cuando no nos salen las cosas bien. No tenemos capacidad de concentración, etc. y todo nos sale mal.
Hay una zona en el cerebro que se llama sistema reticular. Se puede decir que es automático o sea si tú crees que el día te va a salir mal, esta parte del cerebro no colabora contigo y busca escusas; pero si piensas en positivo este sistema te ayuda a buscar lo que necesitas y a ver las cosas de otra manera mejor.
Entre el 60 y el 80% de las consultas a médicos generales tienen una relación directa con emociones que son destructivas. Porque se activa el eje del sistema simpático, el eje de la alarma, mediado por ciertas áreas del hipotálamo, a través de las glándulas suprarrenales, empieza a afectar a todo el cuerpo, por la liberación de una hormona llamada cortisol. El corazón late más deprisa y el sistema inmunológico se debilita. Esta hormona se libera también como respuesta al estrés.
La membrana exterior de los glóbulos blancos y de otras células del sistema inmunológico, es muy sensible al cortisol porque la bloquea y tiene más dificultades para atrapar microorganismos invasores del cuerpo humano. Por esto bajan las defensas y estamos más expuestos a las enfermedades.
Desde el descubrimiento de la epigenética se sabe que los estados de ánimo, la formación y la educación pueden hacer que se active o desactive material genético, muy en la línea de la capacidad plástica.
D. Santiago Ramón y Cajal dijo: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser el escultor de su propio cerebro”. Algo que hoy la neuroplasticidad ha demostrado.
Es decir que cuando tú te levantas por la mañana con ilusión, con convencimiento de que a lo mejor no puedes cambiar todo; pero si puedes cambiar algo, que no necesitas ser el número uno, pero que puedes ser un número uno y luchas y te esfuerzas, el cerebro empieza a reinventarse, empieza a cambiar… y es así durante toda la vida. No importa la edad que tengamos.
Ayúdate y el cielo te ayudará.
El estado de ánimo se puede gestionar teniendo el control de hacia dónde llevas tu atención, de cómo ves las cosas. Hay que enfocarse en lo que queremos, en lo que nos gusta, en lo que vemos de valioso.
En lo que de verdad importa no hay que darse nunca por vencido.
El estado de ánimo afecta a las acciones, si tú te crees que puedes actúas de forma distinta a si crees que no puedes. Y las acciones afectan a los resultados.
Querer es poder.
Todos tenemos ciertas facultades que pueden permanecer ocultas, porque no se han dado las circunstancias adecuadas para que afloren.
El profesorado tiene un papel muy importante en este sentido, incentivando las cualidades del alumno, porque todos tenemos valores, a veces ocultos. De esta forma podrán despertar talentos y almas dormidas.
También se gestiona usando el lenguaje de forma positiva. En lugar de preguntarte ¿puedo con esto?, pregúntate ¿cómo puedo con esto? Solo has cambiado el lenguaje; pero influye en la mente porque tenemos una mente lingüística. El lenguaje no solo describe realidad sino que además la genera.
En resumen el estado de ánimo se genera teniendo el control poco a poco de hacia dónde llevas tu atención. Enfócate en lo que quieres, no en lo que temes, enfócate en lo que te gusta de ti, no en lo que te disgusta, enfócate en lo que ves de valioso y no en lo que te resulta feo y tu estado de ánimo empezará a cambiar y serás mucho más capaz de resolver lo que ahora te parece difícil de solventar.
Usa el lenguaje de forma positiva.
Y gestiona tu cuerpo cuando te levantes por la mañana. Te miras al espejo y pones tu ánimo y tu sonrisa en marcha, porque se ha demostrado que puede bajar hasta un 50% la cifra de cortisol y puede subir la de testosterona.
Información extraída del cirujano y conferenciante Mario Alonso Puig.
Francisco Carrillo
20 agosto, 2019