¡ Qué hermosos son los niños…!


Son mi embeleso;
cuando los niños besan
Dios nos da besos;
porque, los niños,
son el raudal precioso
de su cariño.
Cuando los niños miran,
hablan sus ojos;
cuando la risa pliega
sus labios rojos,
¡cuánta alegría!
¡La risa de los niños
es luz del día…!
¡Ya pueden venir penas
y sinsabores;
ya pueden aplastarnos
grandes dolores;
si un niño grita
y va pidiendo besos
con su boquita!
¡Se olvidan los pesares,
los desengaños,
pierde su imperio el tiempo,
huyen los años…!
¡Todo es el niño!
¡Todo las efusiones
de su cariño!
¡Niños del alma mía!
¡Niños benditos…!
¡Flores de los vergeles
del infinito!
¡Sois mi embeleso;
venid y dadme vida
con vuestros besos…!


AMALIA DOMINGO SOLER

Las grandes virtudes