Amalia Domingo Soler Memorias del Padre German

EL BIEN ES LA SEMILLA DE DIOS

¡Qué hermosa estaba la tarde! Ni una nube empañaba el firmamento, engalanado con su manto azul; ni la más ligera niebla velaba las cimas de las montañas, y éstas se destacaban en el límpido horizonte coronadas de abetos seculares. En…

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