EL DOLOR DE HOY, ES EL CRIMEN DE AYER
Siempre hemos mirado con profunda compasión a los desgraciados, a esos pobres seres ciegos, tullidos o contrahechos, y lo que más nos ha llamado siempre la atención, es que esos desheredados suelen tener en sus rostros una aprensión repugnante, y…
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